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Viva La Libertad Financiera, Carajo

17/02/2025
Viva La Libertad Financiera, Carajo

opinión  / Por Marcelo Chata García 

En 1995, Jeremy Rifkin publica El fin del trabajo llamando la atención sobre la pérdida de puestos laborales con el avance de la automatización.  Los futuristas, entonces, comenzaron a imaginar un mundo sin trabajo, algo que la IA, los vehículos autónomos, la interconexión de equipos entre empresas y el aprendizaje de las máquinas (autoprogramación), pareciera hacer posible.  Sin embargo, aun cuando en no mucho tiempo, alguien que se siente en un bar a tomar una cerveza sea atendido por un robot, que se comunica con el proveedor, que repone la mercancía de forma autónoma, sin que medie ninguna persona, el cliente deberá pagar por su cerveza con algún dinero ganado de alguna manera.  Porque la tecnología suprime trabajo pero no los bienes económicos.  ¿Cómo ganó esa persona el dinero si no hay trabajo?  Pues lo único que queda es el capital.  En el futuro, todo será capital financiero.

Si alguna vez los adelantos tecnológicos prometían liberarnos del trabajo, esa ingenua esperanza se fue deshaciendo con el tiempo.  El trabajo en muchos casos se precarizó, se volvió más competitivo, y por lo tanto, trabajamos más horas e invertimos más tiempo en formarnos.  Llegamos al punto de la autoexplotación.  De allí surge el sueño de vivir sin trabajar, como el título del libro que Daniel Fridman publica en 2019, estudiando las comunidades de autoayuda financiera que emergen en EE.UU. y se replican en nuestro país.

En esa ola, alcanzar la 'libertad financiera' se ha convertido en el objetivo de realización personal.  Hacer que el dinero trabaje para uno, en lugar de ser uno quien trabaje para conseguirlo es la marca inteligente.  Poco importa si significa que otros trabajen por nosotros, en lugar de que todos trabajemos menos.  Es un movimiento que tiene sus gurúes que entrenan y capacitan sobre cómo manejarse con las finanzas (un saber que debe democratizar la escuela antes que sea una divisoria de clase).  'Padre rico, padre pobre', de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter se volvió un ícono de los libros de autoayuda financiera, un género que no para de crecer.

La producción de bienes y servicios a partir de las nuevas tecnologías, en un contexto de concentración y acumulación de capital, generó un excedente económico que encontró en los activos financieros, como las Cryptomonedas, un espacio virtual de resguardo del capital lejos del control de los Estados Nacionales y su poder impositivo.  Son activos que no están ligados a la 'economía real', y se alimentan de la acumulación y la especulación.  Allí puede invertirse, pero es un mundo que hay que conocer bien, porque la independencia de las regulaciones también lo vuelve inestable y, comenzamos a saberlo, una oportunidad para engañar a crédulos que se entusiasmen con ganancias fáciles.  Cuando la limosna es grande…

Sostiene Fridman; '…la decisión de llegar a ser financieramente libre está por completo en manos del individuo… la libertad financiera es dos cosas a la vez: primero, no tener que trabajar para obtener un ingreso; segundo, una condición interna del yo, en virtud de la cual el individuo debe superar sus temores para asumir riesgos económicos.' (p.19)  El trabajo, en el campo, la industria, el comercio o los servicios, propone una socialización: desafíos en equipo; o, al menos, interdependencia, donde debe negociarse o disputarse bajo objetivos en común.  Las finanzas, en cambio, se presentan como una aventura individual donde cada uno es responsable de sus resultados.  Enorgullecen los progresos, se aprende de los traspiés.  

Los influencer se vuelven guías para la acción, hasta que desencantan a sus seguidores.  Con el tema de $Libra, el presidente no atacó a los artistas, a los periodistas opositores o a la izquierda.  Les dio un golpe a los suyos.  No a los antiperonistas que ven en él un resguardo al regreso del kirchnerismo.  Ni a los conservadores que se escandalizan con el feminismo y las perspectivas de género.  Ni a los liberales que quieren cortar con tanta expansión del Estado.   Sino a ese círculo de individuos financieros que lo tenía como el gran sabio de la economía y ahora mastica con bronca las pérdidas de su inversión.  Vaya uno a saber que habrá aprendido de todo esto.

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