¿Vivimos en una simulación?

Artículo 1
(*)Por Leonardo Amet
El dilema de la realidad: ¿y si todo esto es una simulación?
Hay mañanas en las que el sol parece demasiado perfecto. La forma en que la luz se cuela entre las hojas, el ritmo con el que los autos pasan por la esquina, el gesto sincronizado de dos desconocidos levantando el celular a la vez. Pequeños detalles que podrían pasar desapercibidos… o ser pistas. Como en esos memes donde ves cinco pelados seguidos en el bondi, o tres personas vestidas igual en el mismo vagón. ¿Qué tan aleatorio puede ser?
¿Y si no fuera todo tan real como creemos? ¿Y si estuviéramos dentro de una simulación?
Puede sonar a guión de ciencia ficción o a trama de videojuego, pero esta posibilidad es algo que varios científicos, filósofos y tecnólogos se están tomando muy en serio. El más conocido es el filósofo sueco Nick Bostrom, quien en 2003 propuso un argumento inquietante: si en el futuro es posible simular civilizaciones enteras con gran nivel de detalle, y si alguien decidiera hacerlo, entonces es mucho más probable que nosotros seamos una de esas simulaciones antes que los seres originales.
Lo más loco es que… no es tan loco. Si millones —o billones— de simulaciones pueden ser creadas, ¿qué nos hace pensar que justo nosotros somos la 'versión base'? ¿Acaso no sería como asumir que ganamos una lotería cósmica?
Elon Musk —polémico, sí, pero influyente— lo resumió con esta frase: 'Las probabilidades de que estemos en la realidad base son una en miles de millones'.
Más allá de los titulares virales, la idea tiene bases sólidas. Hoy ya podemos simular sistemas climáticos, redes neuronales, pandemias, economías, comportamientos sociales. Juegos como The Sims o Minecraft replican dinámicas complejas con reglas simples. Y en la ciencia, el famoso 'Juego de la Vida' de John Conway mostró cómo, a partir de reglas básicas, pueden emerger patrones sorprendentes, casi… vivos.
Pero si vivimos en una simulación, ¿cómo podríamos saberlo? ¿Podríamos hackearla? ¿Hay un 'código fuente' detrás de nuestra realidad?
Quizás no se trate de encontrar respuestas absolutas, sino de hacernos mejores preguntas. Porque incluso si esto es 'real', tal vez vivir como si fuera una simulación nos ayude a ver con más atención, actuar con más intención y valorar cada línea de este código que llamamos vida.
En la próxima entrega: el Juego de la Vida, realidades simuladas que corren en las palmas de nuestras manos, y por qué podríamos estar más cerca de la Matrix de lo que imaginamos.
(*)Dr. por la Universidad de Cergy-Pontoise (Francia), Ing. en Electrónica por la Universidad Nacional de La Plata. Actualmente dirige las Ingenierías Electromecánica y Electrónica y es investigador del Instituto de Tecnología (INTEC) de UADE.
Relacionadas
