A la escuela

Apenas comienza el mes de febrero, en la agenda de la familia escolar aparece como una prioridad la compra de los útiles para el inicio del ciclo lectivo. En los últimos días, los medios de todo el país reflejan que los productos de librería para el colegio han tenido aumentos que van del 300 al 500 por ciento respecto a igual periodo del año 2023. Es evidente que este desequilibrio genera zozobra y preocupación en los padres de los niños y niñas que en breve deben volver a la escuela. La expectativa de brindar a los hijos una educación igual o mejor a la recibida es parte del patrimonio colectivo de los argentinos. Difícilmente el gobierno nacional que acaba de asumir vaya a estar dispuesto a revisar sus posturas respecto a la educación pública y mucho menos a reconocer el daño que las medidas económicas, tomadas a partir del 10 de diciembre, han hecho en el tejido social. Frente a tamaño descalabro, nos queda la posibilidad de apelar a la solidaridad para que cada uno, desde el lugar que pueda, esté atento y pueda activar los mecanismos de solidaridad que son una de las reservas sagradas de este país.
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