Celulares en las aulas: distracción y conflicto

El informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) develó cómo afecta al rendimiento de los alumnos el uso indiscriminado de teléfonos celulares en el aula. Cuatro Palabras conversó con docentes de distintos niveles para conocer su opinión sobre este tema. Aunque en los niveles superiores los dispositivos pueden ser útiles, para los más chicos los celulares son una fuente de distracción y conflicto. Faltan reglas claras y consensuadas con la familia y los estudiantes sobre su uso.
En promedio, los estudiantes que pasan más de cinco horas al día usando dispositivos digitales para el ocio obtuvieron 49 puntos menos en matemáticas que los que están sólo hasta una hora.
Una encuesta efectuada en el país mostró que más de la mitad de los estudiantes aseguró que se distrae con sus propios celulares en clase, mientras que un porcentaje levemente inferior afirma no prestar atención porque sus compañeros los usan. También los argentinos ocupamos la primera posición mundial por la cantidad de alumnos que se distraen siempre o casi siempre a causa de otros estudiantes que usan aparatos digitales (45%).
Cuatro Palabras conversó con docentes de distintos niveles para conocer su opinión sobre el uso de celulares en clase, las medidas que toman, y cuál consideran que debería ser la bajada desde las autoridades de Educación.
En la escuela, al límite
Según explicó una docente y directora de nivel primario a este medio, al momento de comenzar el ciclo lectivo se debate y se firma un contrato áulico con los y las estudiantes, donde se establecen responsabilidades y normas, una de ellas es el uso del celular. Así es como los alumnos lo usan al igual que los docentes, padres, madres, familia y todos/as los/as que habitan la escuela.
'Lo que se establecen, entonces, son los límites, los cuales son muy complejos de cumplir. Los chicos se distraen, escriben mensajes, están en redes, y en alguna instancia lo usan con fines pedagógicos', indicó.
Según la docente, cuando se regresó a la presencialidad 'muchos/as docentes optamos por dejar las fotocopias de lado y dar lugar al uso de teléfonos para que lean, pero rápidamente abandonamos la idea, ya que retrasaba el inicio de clase, muchos/as se hacían los que leían y estaban en una red social, no tenían batería, etc'. Además, aseguró que muchas veces el celular y las redes generan situaciones de conflicto, como 'el escrache' que consiste en fotos sin consentimiento que sacan en el salón a sus compañeros/as y son subidas a perfiles de Instagram, esto genera conflictos que son trabajados en talleres juntos a los y las chicas
Según su visión de cercanía, el uso de celulares altera la concentración, y los jóvenes 'no pueden mantenerse concentrados/as mucho tiempo, si o si tienen que revisar su celular constantemente. Es algo que se dialoga todo el tiempo, incluso se les pide desde el respeto'. En su caso, no permite que usen el teléfono cuando está explicando o leyendo.
Respecto a los lineamientos de educación, consideró que 'debería haber políticas educativas que limiten su uso, pero también es algo cultural y a la escuela no le corresponde luchar esta batalla sola'. En ese sentido, reflexionó: 'Si hacemos el ejercicio de pararnos en una esquina y mirar 15 minutos vemos padres y madres en auto, moto o bici con sus hijos/as juntos a ellos/as mandando audios, mirando el celular, manejando, no podemos pedirles a los pibes y las pibas que dejen el teléfono. Son batallas que debemos dar como sociedad desde la concienciación y el ejemplo, lamentablemente y como siempre, la escuela sufre sus consecuencias'.
Qué sucede en nivel superior
El Lic. en Comunicación y docente Marcelo Chata García aseguró: 'Por lo general no presto atención a si están usando el celular en clase, salvo cuando algún estudiante me hace una pregunta. Para una universidad de horarios nocturnos pos laborales, el celular a veces los mantiene despiertos, como hacer un dibujo en una hoja o tomar mates. Son formas de bajar tensiones y de estar activos'. Aunque consideró que 'en términos generales, es mejor que las instituciones educativas tengan reglas claras y consensuadas con la familia y los estudiantes sobre el celular. De manera tal que pueda prohibirse cuando obstruye la concentración y permitírselo usar cuando se lo requiere para una actividad'. En esa línea consideró que 'los celulares son minicomputadoras con acceso a fuentes de conocimiento, desde chequear la ortografía de una palabra o buscar un dato puntual, permite un montón de usos. Por ejemplo, si se discute la tesis según la cual la inflación es un fenómeno estrictamente monetario, con el celular puede consultarse tanto la evolución de la emisión monetaria en el Banco Central como el índice de inflación en el INDEC, de manera tal de discutir con datos duros'.
Además, según García 'de paso, se aprender a buscar y usar fuentes de datos de calidad que orienten la evaluación de las diferentes teorías científicas y de la discusión pública'.
Pero evaluó que 'el otro problema es si las escuelas cuentan con el reconocimiento social para imponer reglas de uso y no uso del celular, por eso digo que deben consensuarse las reglas tanto con las familias como con los estudiantes, de manera tal que no se vuelva una discusión continua sino que se inserte y se aproveche en la dinámica educativa'.
Marcos Peralta, abogado, concejal y docente opinó por otra parte que 'es positivo que los alumnos usen con fines educativos dispositivos como en este caso el celular ya que por este medio muchas veces se envían documentos, videos para trabajar contenidos de la materia'. En su caso, al dar clases en nivel superior muchos de sus alumnos son padres o tienen otras responsabilidades por lo que no le parece mal que tengan su celular al alcance.
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