El agrimensor que vino a realizar el censo de lotes, quintas y chacras
Si bien no era de Chacabuco, ni tuvo residencia permanente aquí, el nombre del agrimensor José María Muñiz quedó inscripto en nuestra historia por haber sido quien delimitó los terrenos municipales, hizo un inventario de las manzanas, quintas y chacras que quedaban disponibles para la Municipalidad luego de la distribución realizada a guardias nacionales e impulsó las obras públicas en el distrito.
José María había nacido en 1841 en Buenos Aires y era hijo del famoso médico e investigador Francisco Javier Muñiz. Ambos habían prestado servicios en la Guerra de la Triple Alianza, el hijo como combatiente y el padre -que en ese momento tenía 70 años- como médico, dando asistencia a enfermos y heridos. José María también tuvo actuación en la Conquista del Desierto, cumpliendo funciones en parajes cercanos a Olavarría, Azul y Nueve de Julio, entre otros.
Cuenta el profesor Oscar Melli que en una sesión realizada el 23 de agosto de 1870 el Consejo Municipal de Chacabuco lo designó agrimensor del nuevo pueblo. De todos modos, sus tareas más intensas en nuestro distrito comenzaron hacia 1876, cuando el gobierno provincial otorgó 30.000 pesos para impulsar las obras públicas y establecer cuáles eran los terrenos que le quedaban a la Municipalidad luego de las cesiones de tierras realizadas a los guardias nacionales.
En noviembre de ese año se anunció la llegada de Muñiz a Chacabuco, la cual no pasó desapercibida. Por el contrario, un sector de la política de la época se preparó para recibirlo con alborozo, pues los trascendidos indicaban que adhería a la corriente autonomista, cuyo jefe indiscutido era Adolfo Alsina. El agrimensor no llegó sólo a la naciente ciudad, pues lo acompañaban el diputado provincial Agustín Vidal, excomandante de la Guardia Nacional de Chacabuco; un correligionario llamado Julio Sánchez y otro agrimensor, Rafael Hernández, hermano del autor del 'Martín Fierro'.
'La volanta que conducía a los visitantes, adornada con flores, entró en el pueblo saludada con una salva de cohetes, ceremonia previa al infaltable asado con cuero', describió Melli.
En los meses siguientes, Muñiz se dedicó a relevar las tierras que quedaban disponibles y en un informe enviado al Ministerio de Gobierno de la Provincia el 4 de octubre de 1877 consignó que, luego de la entrega a los guardias nacionales, quedaban 203 solares, 149 quintas y 91 chacras. El informe, considerado un documento de gran relevancia, estaba acompañado de dos planos: uno del pueblo Guardia Nacional, con la numeración de los solares, y otro del ejido, que incluía las chacras y quintas, en el que figuraban en tono verde las tierras municipales y en blanco las ya adjudicadas.
Muñiz permaneció en el cargo hasta mediados de 1879, cuando lo reemplazó el agrimensor Pedro Saubidet. Antes de irse, fijó los honorarios por sus tareas en 50.000 pesos moneda nacional. De esa suma, donó 7.500 pesos al Consejo Escolar y 2.500 a la obra de construcción del templo. En relación a los 40.000 pesos restantes, propuso canjearlos por la propiedad de una serie de chacras, cuyo precio se estableció en 2.250 pesos cada una. La Municipalidad aprobó la operación, aunque años después se realizó una investigación para certificar si la transacción había sido correcta.
Durante su actuación profesional, Muñiz fue el encargado del trazado y amojonamiento de los pueblos de Necochea, Tres Algarrobos (partido de Carlos Tejedor), Benito Juárez y Colonia General Roca (Río Negro), entre otros. Además, intervino en el trazado de las fronteras entre las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Luego de su actuación en Chacabuco, y ya retirado de sus tareas como agrimensor, se dedicó a las actividades rurales en una estancia que tenía en Luján. En aquella ciudad, y también en Buenos Aires, Muñiz y su esposa, Elena Torres, realizaron muchas obras de beneficencia.
Por otra parte, la señora Torres de Muñiz poseía tierras en las inmediaciones de la Estación Rawson. En 1908 le propuso a la Municipalidad, que lo aprobó, el fraccionamiento de esos terrenos, para integrarlos al ejido urbano de la localidad.
El agrimensor José María Muñiz falleció en Buenos Aires el 21 de marzo de 1901.