La visita de Perón a Chacabuco

Una nota de Carlos Vita
Días atrás ,el 1ero de julio se cumplieron 50 años del fallecimiento del Gral. Juan Domingo Peron y ello amerita en aquellos que eran niños en 1944, recordar que en octubre de un día 14, en una jornada de lluvia llegó la visita a Chacabuco del entonces vicepresidente de la Nación Coronel Perón. A su llegada en auto tuvo clamoroso recibimiento de abigarrada concurrencia en las veredas y cordones de niños de delegaciones de escuelas.
A su arribo tuvo el anuncio de las sirenas de los Molinos Río de la Plata que se hallaban sobre la Avenida Saavedra y Crespo y Rodriguez, hoy 'Chacabuco'. Le dio la bienvenida el comisionado municipal Dr. Eduardo Ramos y la respuesta de Peron fue del balcón central del palacio Municipal. Al término de su mensaje Peron siguió viaje con destino a Junín. En la edición del 18 de octubre de 1944 el periodico 'Chacabuco' dio publicación del mensaje del ilustre visitante en cuya comitiva figuraba una dama joven llamada Eva Duarte, según versión de una vecina, Gladys San Martin de Melli.
Discurso del Cnel. Perón
'Agradezco conmovido esta recepción en nombre del gobierno que preside el señor general Farrell. Personalmente expreso mi reconocimiento por las amables palabras del señor Comisionado, inspiradas quizás, más por la amabilidad que por mis propios méritos. Nosotros constituimos un grupo de hombres que no tiene otra pretensión que hacer el bien por el bien mismo en cualquiera de los lugares en que nos encontremos.
Sabemos bien, como lo ha dicho el Dr. Ramos, que nuestro país está ya enfermo de señorones y que necesita un poco de la acción de los hombres humildes sencillos, dispuestos a trabajar sincera y lealmente por el conjunto de los argentinos que forman la patria. Por eso, al pasar por las vecindades de Chacabuco, he accedido a la amable invitación del señor Comisionado y he querido llegar a esta casa. Me retiro de aquí con un recuerdo que será imborrable para mi. El de haber podido apreciar la presencia de todos ustedes y la de ese pueblo que ha esperado en la calle, bajo la lluvia, pacientemente, y en ello veo un hecho auspicioso, porque quizás en estos momentos era más necesaria para Chacabuco la llegada de la lluvia que del vicepresidente de la Nación. Por eso, al retirar mi agradecimiento por tanta amabilidad y al reconocer como funcionario del Gobierno y como mandatario del Estado nuestras obligaciones para con el pueblo, prometo, como he prometido siempre, no descansar ni de día ni de noche para cumplir con ese deber de la revolución del 4 de junio, que la solidaridad del pueblo de la República nos está imponiendo como un imperativo irrenunciable de esta hora. Nosotros no tenemos pretensión de ser salvadores de la Patria. Ya decia Agustin Alvarez que este pais estaba enfermo de salvadores de la Patria, somos tan solo humildes soldados, que en esta hora impuesta por las circunstancias, hemos empuñado el timón y no lo abandonaremos hasta ver asegurada la verdadera democracia, que había sido desvirtuada en todos sus valores por los políticos profesionales.
Apreciamos bien que es lo que defienden los que hoy nos tildan de demagogos porque hacemos obra so- presencial. Ellos no se sintieron demagogos cuando dieron a este pueblo, como en el antiguo imperio romano, pan y circo, quinielas y coimas, taba y vino y consulcaron todos sus derechos y olvidaron todos sus deberes para con el pueblo, llevándolo a la triste condición de su engañosa libertad, haciéndole creer que elegía a sus gobernantes, cuando solo le habían dado el derecho del voto para es- carnecer esa libertad que hoy pretenden defender sin eficacia y sin éxito. Llevaré del pueblo de Chacabuco este recuerdo y esta impresión, junto con este petitorio que trataré de solucionar lo antes posible, haciendo intervenir para ello al excelentísimo señor presidente de la Nación y al señor ministro del Interior.
Como debo seguir viaje, porque el tiempo apremia un poco, termino expresando nuevamente mi reconocimiento por esta amabilidad y generosidad de ustedes, que me obliga como funcionario, como ciudadano y como hombre'.
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